Las lesiones más habituales que se derivan de la práctica deportiva se pueden catalogar de diferentes maneras. Hay las musculares que, como denota su nombre, son las que afectan los músculos como las contusiones, los calambres, las contracturas, el desgarro o las roturas. Otros son las articulares, que afectan uno o más tejidos de los que componen la estructura articular, como huesos, tendones o cartílagos.
En cuanto a las lesiones tendinosas, se refieren a las que afectan los tendones y que pueden acontecer tendinitis, roturas parciales o totales, o torceduras. Finalmente, otros tipos de lesiones son las que inciden en la columna vertebral, que pueden derivar en luxaciones, inflamaciones o traumas en los huesos, tendones y músculos en esta zona.
Algunas de las lesiones aparecen con más frecuencia que otras cuando se practica un deporte. Por ejemplo, el esguince de tobillo, que se produce al doblar o girar el tobillo de manera inusual. Son muy frecuentes en deportes como el fútbol y el tenis y otros que requieren movimientos rápidos, como saltos y cambios constantes de dirección de los pies
También son muy típicas los calambres, también conocidas como rampas. Acostumbran a aparecer después de sesiones intensas y prolongadas y consisten en un espasmo del músculo agotado. También es muy común la distensión inguinal, que es el estiramiento excesivo del músculo de la parte interna del muslo que se lesiona o rompe. Esta lesión provoca abultamiento, espasmos y dificultades en la hora de andar.
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Un fisioterapeuta de Mans de Sant tracta una esportista a Sant Cugat amb fisioterapia 
